FACTORES QUE INFLUYEN EN LA AUTONOMÍA DEL COCHE ELÉCTRICO

Coche eléctrico, Movilidad

Aunque en muchos casos estos factores son idénticos a los que influyen en el consumo de cualquier vehículo de cualquier tecnología, los repasaremos porque en un coche eléctrico la importancia es si cabe mayor por el impacto que tienen en la autonomía.

La conducción


Al igual que sucede con los motores de combustión, una conducción más deportiva requerirá más energía que una más suave. La extraordinaria aceleración de un vehículo eléctrico nos permitirá disfrutar mucho, pero abusar de esta nos puede penalizar en consumos.
Adicionalmente, en las deceleraciones un vehículo eléctrico recupera parte de la energía por la vía de la “frenada regenerativa”, pero si la frenada que necesitamos es brusca será el freno convencional el que actuará y la recuperación de energía disminuirá.

Ciudad, autopista, …


En relación con la frenada regenerativa, en una conducción urbana suave se producirán habitualmente muchas deceleraciones que permitirán ese reaprovechamiento de la energía y los consumos serán menores.

Por el contrario cuando el vehículo circula a una velocidad más elevada y constante, el motor estará trabajando de una forma continua y la demanda de energía hará que los consumos sean, en general, mayores. Para mejorar los consumos en carretera es recomendable buscar el “efecto vela” dejando circular el coche en ligeras pendientes y suaves deceleraciones. Casi todos los vehículos eléctricos tienen varios niveles de “frenada regenerativa”, en carretera es conveniente que esta frenada regenerativa sea lo menos invasiva posible buscando ese “efecto vela” anteriormente mencionado.

Si nos vamos a los consumos homologados WLTP, de forma general y al contrario que sucede con los vehículos de combustión, veremos consumos más favorables a bajas velocidades y en ciudad. Por eso es habitual encontrar variaciones importantes en los datos de autonomía homologada según se corresponda a la homologación a bajas o altas velocidades.

La orografía


Cuando abordamos una subida prolongada, subiendo un puerto, por ejemplo, el consumo del coche eléctrico también se verá lógicamente penalizado, como sucede con cualquier tecnología. En este sentido cabe destacar que la diferencia fundamental la encontraremos en las bajadas. Durante la bajada, no solo no gastaremos, sino que recuperaremos parte de la energía utilizada. Es habitual constatar al final de una bajada de un puerto de montaña si es relativamente largo, una autonomía y un nivel de batería superior al que teníamos en la cima, a pesar de los kilómetros recorridos en el descenso.

La velocidad


La resistencia aerodinámica que tiene que vencer cualquier coche aumenta más que proporcionalmente respecto de la velocidad, esto hace que un coche, sea cual sea su tecnología, necesite mucha más potencia para pasar de 100 a 110 km/h que para pasar de 90 a 100 km/h.

La aerodinámica


El coeficiente aerodinámico, o Cx, es el número que mide la resistencia al aire o al viento de un objeto debido a su forma. Los vehículos actuales tienen Cx que se suelen mover entre el 0,25 y 0,40. Cuanto mayor sea este coeficiente, proporcionalmente mayor será la resistencia aerodinámica y por lo tanto peores los consumos.
Generalmente los vehículos más altos, tipo SUV, suelen tener un mayor Cx y además tienen una mayor superficie frontal de contacto con el aire. Como consecuencia de ello sus consumos y autonomías resultan generalmente bastante penalizados respecto de vehículos tipo compactos, berlinas/sedanes, ….

La temperatura


La temperatura exterior tiene un impacto nada despreciable en los consumos.

El efecto del frío en los consumos ya lo analizamos en el post “El impacto del frío en la autonomía del coche eléctrico”. 
Pero también el calor excesivo tiene un impacto negativo por dos razones:
– Porque queremos ir confortables y el Aire Acondicionado lógicamente consumirá más energía
– Porque la batería funciona de manera óptima dentro de un rango de temperatura.
Si el coche que tenemos no tiene una refrigeración activa, es probable que la batería rinda algo peor cuando su temperatura sea muy alta.
En caso de que el coche cuente con refrigeración activa para la batería, su temperatura se mantendrá más cerca del rango óptimo de funcionamiento, pero ese proceso también consumirá energía

El peso


Cuanto mayor es el peso, y en un vehículo eléctrico este peso está muy relacionado con el tamaño de sus baterías, mayor será la energía necesaria para moverlo. Esto explica que vehículos con grandes baterías consuman más y saquen cada vez menos rendimiento a esos kilovatios hora adicionales de batería.

Por este motivo, en nuestra opinión, debemos encontrar el mejor equilibrio entre lo óptimo en el día a día, que es donde haremos la mayoría de los kilómetros, y las necesidades puntuales que tendremos cuando viajamos.

Conclusión

A pesar de todas estas razones, la mayoría de los vehículos eléctricos actuales con baterías en torno a 60 kWh permiten recorrer alrededor de 250 kilómetros en circunstancias adversas.

Estas autonomías son más que suficientes para el día a día, y en viajes largos, siendo cierto que los tiempos de parada para repostar son evidentemente más largos que en los vehículos de combustión, es una situación llevadera cuando se hacen coincidir las paradas para recargar con los momentos de descanso.

El gran reto es, en mi opinión, que los usuarios de vehículos eléctricos pasen de parar donde puedan cargar a cargar dondequiera que paren, reto que parece estar cada día un poco más cerca.

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