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¿Qué es el Retrofit en los coches usados?
El “Retrofit” es un proceso por el que se produce un reacondicionamiento severo de un vehículo usado. En este proceso de “retrofit” se puede llegar tan lejos como reconvertir un vehículo usado de combustión en un vehículo eléctrico.
Procesos de esta envergadura tiene mucho sentido que se lleven a cabo mediante procesos industriales con cierto volumen. Con un volumen elevado, se generan unas economías de escala que permiten amortizar los costes de este tipo de procesos de reacondicionamiento
En el Grupo Renault
Ya en 2020, Luca de Meo lo convirtió en parte de su estrategia y arrancó un conjunto de procesos orientados a la economía circular. Se trata de la reconversión de parte de sus fábricas, lo que denominó “Refactory”. Allí empezó el camino del retrofit en Renault.
Tecnología Retrofit en el Grupo Stellantis
El 2 de diciembre de 2022, Stellantis anunció una asociación estratégica para desarrollar su solución de “retrofit”. En este caso será para convertir vehículos comerciales ligeros con motor de combustión interna en transmisión eléctrica. El compañero de viaje elegido por Stellantis para este viaje es Qinomic. Se trata de una empresa de alta tecnología especializada en soluciones innovadoras y sostenibles para la movilidad.
También Retrofit en Toyota
Y hace una semana, fue Akio Toyoda, el CEO del mayor fabricante del mundo en volumen, quien anunció novedades en una línea muy parecida.
El Sr. Toyoda manifestó: “Si solo los coches nuevos son electrificados, no vamos a ser capaces de conseguir la neutralidad en emisiones de carbono, también vamos a tener que considerar unidades en operación”.
Además de su apuesta por el “retrofit”, nos trasladó algunas interesantes reflexiones. Según el Sr. Toyoda, hay una competición para anunciar BEVs (Vehículos eléctricos de batería) tan rápidamente como sea posible por la regulación, pero el sentimiento de la industria es el de bascular hacia una estrategia como la de Toyota ofreciendo una cierta diversidad en las opciones tecnológicas ofrecidas a los clientes.
Toyota no puede ser considerado como un anti-vehículo eléctrico, puesto que sí está apostando por la electrificación, con planes de vender 3,5 millones en 2.030. No obstante, mantiene también su apuesta por otras tecnologías en paralelo, como el hidrógeno o la hibridación, que tan buenos resultados comerciales le ha dado.